Clases sincrónicas, actividades asincrónicas, foros, Learning Management System, expertos curriculares, diseño instruccional, foros. Alumnos estudiando carreras profesionales desde cualquier parte del país, incluso con su celular. Aunque para el público en general la educación online se remite hoy a conectarse en modo videoconferencia con un profesor, los programas de educación a distancia en Chile tienen más de 20 años de existencia.
El último estudio realizado por la Subsecretaría de Educación Superior sobre matrícula 2021 muestra el exponencial aumento de interesados en cursar programas que se imparten en modalidad a distancia: aumentó en un 68,6% en el último año, pasando de 18.655 alumnos en 2020 a 31.461 en 2021, representando el 10% de la matrícula de pregrado en Educación Superior. Cifras relevantes frente al regreso en el aumento de matriculas de pregrado, que avanzó un 3.7% este año.
Juan Eduardo Vargas, Subsecretario de Educación Superior, señala que el alza se explica primeramente por la pandemia, “que ha permitido validar los programas ofrecidos virtualmente. En efecto, el cambio abrupto de la modalidad presencial a la virtual en casi todos los programas de estudio de nuestro país, sin que hayan sido mayormente afectados los aprendizajes, ha significado la validación social y en cierto modo académica de este tipo de modalidad”. De esta forma, agrega la autoridad, “se han transformado en una alternativa atractiva, especialmente para estudiantes de mayor edad, que desarrollan otras actividades (probablemente ya están en el mercado laboral), y encuentran en la modalidad a distancia una alternativa que les permite seguir con ellas.
De hecho, el informe de la Subsecretaría que acaba de darse a conocer indica que las matrículas para primer año crecieron en un 42% en personas de 30 años y más, llegando a representar el 20% del total de alumnos nuevos. De hecho, la mayor edad fue en el espectro de 40 años y más, con un 46.7% de aumento en comparación con 2020. Vargas añade que “el desarrollo y popularidad alcanzadas por plataformas electrónicas utilizadas durante esta pandemia también debe considerarse como un factor que ha influido en el crecimiento la matrícula de este tipo de programas”.
Las matrículas para primer año crecieron en un 42% en personas de 30 años y más, llegando a representar el 20% del total de alumnos nuevos.
Alejandra Díaz, directora académica de Programas Advance de la Universidad Andrés Bello, explica que la matricula online ha tenido un crecimiento exponencial producto de la flexibilidad que le permite al estudiante revisar contenidos en cualquier momento, que se puede conectar desde cualquier parte, tiene interacción con sus compañeros, permanece acompañado y monitoreado en la plataforma. Hay momentos sincrónicos en que el estudiante se conecta al mismo tiempo que profesores y compañeros para resolver dudas o profundizar aprendizajes.
“Los planes especiales de estudio de pregrado Advance les permiten a los adultos que deciden estudiar, poder compatibilizar su carga académica y el tiempo de trabajo con las actividades familiares sin tener que renunciar a alguno de estos ámbitos”, apunta la directora académica. Y señala que “los itinerarios formativos Advance son más cortos que la misma carrera en jornada regular, las horas de dedicación de estudios se limitan a bloque horario en jornada verpertina, de lunes a viernes, y permiten ingresar a estudiantes con títulos previos de la misma área disciplinar o diferentes áreas, considerando momentos diferenciados para el ingreso en el itinerario formativo”.
El crecimiento de los programas especiales Advance de UNAB ha sido sistemático, pasando de 1.658 estudiantes nuevos en el año 2011 a 3.200 estudiantes nuevos en la actualidad, observando un mayor crecimiento en la oferta académica en modalidad online, pasando desde 362 estudiantes nuevos el año 2019 a 1.300 estudiantes nuevos el año 2020. “Este año hemos crecido a la fecha un 126% en la matricula online con relación al año anterior”, comenta Alejandra Díaz, quien agrega que “la calidad es fundamental” y que los procesos de aseguramiento de la calidad institucional también se aplica en esta modalidad, “donde garantizamos que el perfil de egreso sea el mismo que la carrera presencial”.
En qué fijarte antes de matricularte
Aunque las nuevas matrículas han tenido un importante avance en la modalidad online a más de 15 meses de inicio de la pandemia, este tipo de programas ha tenido un crecimiento sostenido en los últimos años. Según reporta el Sistema de Ingreso a la Educación Superior, el año 2020 las universidades chilenas ofrecían 63 programas en formato semipresencial, mientras que el 2021 crecieron a 123. Con respecto a los programas online, en 2020 existían 58 y en 2021 alcanzaron los 131.
¿En qué hay que fijarse antes de matricularse en un programa a distancia? Primero que todo, dice el Subsecretario de Educación “la recomendación que siempre hacemos es que el programa sea impartido por una institución acreditada. Esto permite garantizar que la institución cumpla criterios mínimos de calidad, independientemente de si la carrera se imparte en modalidad virtual o presencial”. El Ministerio de Educación, a través de la Subsecretaría de Educación Superior, está atento a cómo avanza este fenómeno, fiscalizando el correcto funcionamiento de estos programas. La Comisión Nacional de Acreditación está trabajando en la definición de los criterios y estándares que regirán la acreditación de las instituciones que impartan carreras en modalidad online, apunta el Subsecretario Vergas.
Alejandro Córdoba, docente de la UNAB en la Facultad de Ingeniería Civil Industrial, plantea que “para ser estudiante online se necesita ser muy estructurado y disciplinado, manejar tus tiempos correctamente. Se fomenta el autoestudio, porque eres protagonista de tu propio aprendizaje y el profesor se transforma en un guía, orientador. Hay muchos alumnos que se acercan a esta modalidad y que antes, por razones geográficas, no podían acceder. Es emocionante estar conectado con estudiantes que están en Coyhaique o saliendo de una mina en el norte”.
Jaime Muñoz, director del Programa de Educación Continua Online de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, enumera las condiciones esenciales: “La conectividad a internet, que la plataforma de educación sea de acceso sencillo y amigable y la disposición de educandos y docentes en la adquisición y dominio de estas herramientas”.
En tanto Alejandra Díaz, directora académica de Programas Advance UNAB, sostiene que los interesados deben revisar la antigüedad de la institución, la experiencia en conocer y saber sobre este tipo de programas, lo que implica experiencia en el mercado. “Lo otro es el acompañamiento y las plataformas que tengan. Mientras más robustas sean, eso afecta el buen desempeño del estudiante. También son importantes los niveles de acreditación, que aseguran que la institución cumple con la calidad en la educación”. Además, dice, “es muy importante el cuerpo académico, que es fundamental que cuente con las calificaciones para dinamizar, acompañar y facilitar el aprendizaje de los estudiantes”.
Más allá de la contingencia
Alejandra Díaz, directora académica de Programas Advance de la Universidad Andrés Bello, cuenta que desde 2015 la universidad inició la implementación y validación del sistema RAP (Reconocimiento de Aprendizajes previos), el cual permitió concretar la aplicación de esta vía de admisión en seis planes especiales Advance. Con esta implementación, la institución reconoce experiencia laboral y consolida el compromiso con el aprendizaje a lo largo de la vida (Lifelong Learning), a través de una estrategia institucional, que permite a los adultos trabajadores completar estudios profesionales, explica la directora académica sobre la oferta.
UNAB cuenta con 10 “Programas Advance” en modalidad full online: Ingeniería Comercial, Ingeniería en Administración de Empresas, Contador Auditor, Ingeniería Civil Industrial, Ingeniería Industrial, Ingeniería en Computación e Informática, Ingeniería en Información y Control de Gestión, Ingeniería en Ciberseguridad, Licenciatura en Trabajo Social y Licenciatura en Psicopedagogía y dos “Programas Advance” semipresenciales como Psicología e Ingeniería en Construcción.
Para poder asegurar una correcta experiencia educativa de los estudiantes, la universidad ha dispuesto una plataforma robusta (Blackboard), acompañamientos académicos, psicoeducativos y tutores en la plataforma que ayudan a dinamizar los mensajes y la experiencia de navegación de los estudiantes. “A través de diferentes unidades de apoyo, en coordinación central en la vicerrectoría académica y con las escuelas, se logra una mirada integral de la experiencia de los estudiantes desde el momento de su matrícula con un proceso de onboarding, que les permite conocer la plataforma a través de diferentes actividades y durante el inicio y desarrollo de los desempeños académicos de los estudiantes en el itinerario formativo los acompañamientos necesarios para el correcto logro del perfil de egreso de cada uno”.
Las carreras online más requeridas son aquellas relacionadas a Ingeniería. Desde Comercial a ligadas a la tecnología, como Computación e Informática o en Ciberseguridad, que han tenido un auge.
Médichi se llama el Programa de Educación Continua Online de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Fundada en 2002, es una de las iniciativas pioneras en Chile y Latinoamérica en modalidad a distancia. Jaime Muñoz, director del programa, indica que médicos, matronas, enfermeros y otros profesionales de la salud tienen una necesidad de formación continua y, al menos una vez al año o más, toman cursos, diplomas, magister y especializaciones. “En un país tan largo, la accesibilidad se complejiza y por eso surgió como alternativa las plataformas Learning Management System. Progresivamente se fue pasando de un modelo e-learning (a distancia) y a uno blended-learning (semipresencial) de forma tal de lograr competencias cognitivas, sino que también del hacer. Ya hace nueve años estamos teniendo 4 mil alumnos anuales en diversas áreas de la salud”, explica el académico.
“El formato online implica transformar contenidos educativos en un modelo e-learning. El hacer una clase a través de Zoom, Meet u otro similar no significa hacer e-learning”, ataja Muñoz desde su experiencia en Médichi. Para que eso exista, agrega, “se requiere de elementos pedagógicos o andragógicos, en donde el diseño instruccional, que analiza estas transformaciones digitales, busque los objetivos que se pueden adquirir a través de esta tecnología, acompañado por formas de evaluación del aprendizaje. También se necesita de diseñadores gráficos que puedan transformar aquello que es lectura en una animación, video u otro interactivo que haga más motivador el aprendizaje. Ese equipo junto al docente va a generar e-learning”. Si no están esos elementos, dice, “solo sería educación a distancia de emergencia, que es lo que ha sucedido durante la pandemia”.
“Hago clases en formato online hace cinco años y la experiencia ha sido excelente”, asegura Alejandro Córdoba, docente de la UNAB en la Facultad de Ingeniería Civil Industrial, quien tiene 15 años de experiencia como académico de pre y postgrado en modalidades presenciales, híbrida y online, explicando que “hace años vi en el extranjero cómo funcionaba la educación online, pero con la pandemia todo se aceleró”. Sobre el tema, señala que “el diseño de asignaturas online te obliga a objetivar todo el proceso de creación de la asignatura. Las mismas herramientas que se desarrollan para el estudiante online sirven para las otras imparticiones. Hay una estructura que es muy beneficiosa”.